La propuesta arquitectónica incorporó un entrepiso de 235 m2 y tres aulas en un primer nivel, sumando las tres un total de 250 m2 nuevos.
En planta baja se refuncionalizaron los espacios, incorporando nuevas dependencias que funcionan actualmente en otro ámbito de la Facultad, tales como: el Consejo Directivo con su sala de grabación y correspondientes oficinas, la Secretaría y el Decanato. Entre ambos niveles se estructuró una circulación vertical que vincula el sector antedicho con las nuevas Oficinas Administrativas. Con respecto a lo lingüístico y morfológico, se pretendió respetar las preexistencias por tratarse de un establecimiento de categoría y condición de edificación histórica y patrimonial, y se mantuvo un mismo lenguaje que conservó la armonía del conjunto en su totalidad formal.